Camino.
Doy
la bienvenida a la felicidad, pues está entrando en mi vida poquito a poco y
esta vez para quedarse, lo presiento. Voy aceptándome, perdonándome, aliviando
cargas que me impedían ser yo misma. Voy despacio, conociéndome. Caminando
puedo ver, a lo lejos, una nueva vida. Mientras ando, disfruto del camino, de
los olores de la naturaleza, por ejemplo, del aroma fresco a eucalipto. El
contacto con el medio ambiente me ayuda a despejar la mente y conectar con mi
esencia. Me acompaña mi madre y nos echamos unas risas. Volvemos a casa y para
seguir mimándome pongo música de fondo, me preparo para escribir porque me
ayuda a entenderme mejor. A veces, salen a la luz emociones que ni si quiera
sabía que estaban ahí, hiriéndome, esperando a ser sanadas. Escribir me aporta
calma, me hace darme cuenta del momento presente, me cura. Dicen que si deseas
algo con toda tu alma y de corazón puede que se haga realidad, por eso hay que
confiar. Yo tengo muchísimos sueños y espero que se vayan cumpliendo :)
entretanto sigo luchando por ellos, por mantenerme de pie; intentado poner mi
granito de arena por un mundo mejor. La vida está llena de magia, permítete
sentirla; te está esperando para que la disfrutes. El mejor regalo que puedes
hacerte es aceptar que mereces ser feliz. Deja que la alegría entre tu vida,
ámate, cree en ti, pelea por lo que quieres y que nadie te quite nunca la
ilusión.
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