¿Soy la misma que entonces?

 


La preocupación proyecta, con frecuencia, una enorme sombra de algo muy pequeño”. Proverbio chino.

 

Hola, me llamo Tania* y antes me preocupaba demasiado por todo, especialmente por el futuro. No sabía disfrutar del presente. Pensar demasiado en lo que está por venir no es sano pues genera ansiedad, miedo y la sensación de tener un nudo en el pecho. Finalmente, acepté que necesitaba ayuda psicológica. Me hacía falta contar con alguien que minimizara mis “problemas”, encauzara, un poquito, mi vida y me facilitara una visión menos seria de la realidad.

 

Siempre había sido un tanto “cabra loca”, risueña y divertida, pero todo cambió cuando me diagnosticaron un trastorno bipolar. Dejé de ser la niña alegre a estar casi siempre triste, lloraba mucho, caí en una crisis existencial, no encontraba sentido a la vida, me fui apagando hasta que quedé muerta en vida. Comenzaron los brotes psicóticos y tuve varios ingresos en el hospital en psiquiatría. Fumaba y pasaba mucho miedo. Estaba sumida en una depresión de caballo. No quería salir de la cama, andaba “arrastrando” el cuerpo. De los 21 años a los 30 sufrí sin descanso, pasé por un infierno. Pasé de ser alocada a volverme loca de remate.

 

Pero, hace dos años acertaron con la medicación, dejé de fumar y no he vuelto a tener ningún ingreso... de hecho estoy saliendo de la depresión poquito a poco. Despacio voy retomando mi vida. Mi psicóloga me está ayudando mucho, me propone actividades que puedo ir haciendo, como leer, dibujar, escribir (como estoy haciendo aquí y ahora) … ¿Soy la misma que entonces? -. He crecido. ¿He madurado? -. Un poco sí, pero también llevo algo de la niña que fui y eso me gusta.

 

Todo este tiempo me ha servido para conocerme a mí misma, llegar a mi verdadera esencia, al más puro yo. He crecido y sé que hay luz al final del túnel. A veces, hay que morir para renacer y ser la persona que siempre quisiste ser. Hay que atreverse a pasar por las pruebas que la vida tiene para ti, para convertirte en la mejor versión de ti mismx y así sentirte a gusto contigo y con el mundo, sacar tu auténtica personalidad de forma natural.

 

Ahora tengo 32 años y sé que mi propósito en esta vida es amar y disfrutar. Se acerca una nueva realidad para mí donde poder vivir la vida realmente. Quiero dejarme conocer y descubrirme, aceptarme, hacer las paces conmigo misma, ¡divertirme!

 

*Nombre ficticio para preservar la intimidad de la autora. 

 

 

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